Sólo los mejores filmes inscritos en la convocatoria optarán a los diferentes premios. Anualmente se presentan más de 600, de entre los cuales el festival selecciona no más de una veintena para participar en el concurso.
El espíritu de la competición no llama a engaño: que los cineastas convocados intenten con cada película ir más allá de los caminos ya transitados y hacerlo con un claro compromiso ético. A partir de ahí, libertad en el contenido y en la forma. Puede competir en la Sección Oficial toda forma audiovisual de no-ficción que suponga una reflexión sobre lo real. El jurado valorará su calidad y originalidad y, sobre todo, su capacidad para -como decía Jean Vigo- "abrirnos los ojos y ayudarnos a ver más allá de las apariencias".
Fuente: Punto de Vista