FOTOGALERIA Cartografía del mundo
La cartografía, la ciencia que documenta y representa el mundo, ha ejercido
siempre una gran fascinación entre los artistas. La América invertida,
de Joaquín Torres García, una radical versión de la importancia del Sur, es uno
de los muchos ejemplos de como la cartografía sirve para representar el
territorio, pero también es utilizada para dar rienda a propuestas políticas o
mostrar situaciones físicas, mentales y emocionales. Una sorprendente
exposición, Cartografías contemporáneas. Dibujando el
pensamiento, que mañana se abre al público en Caixaforum-Madrid, cuenta como el hombre ha perseguido siempre
reproducir el mundo para controlar la realidad en que vive, como ha sido la
evolución de ese empeño y, sobre todo, como los grandes artistas han convertido
la cartografía en una forma de expresión de primer orden.
La exposición reúne 140 obras (dibujos, videoinstalaciones, arte digital)
firmadas por artistas de todo el mundo. Salvador Dalí, Paul Klee, Marcel
Duchamp, Yves Klein, Gordon Matta-Clark, Richard Hamilton, Mona Hatoum o Richard
Long, Artur Barrio, Carolee Schneemann,Ana Mendieta, Erick Beltrán, On Kawara,
Alighiero Boetti, Thomas Hirschhorn o Francis Alÿs, son algunos de los artistas
más conocidos. También hay piezas realizadas por escritores o científicos, como
Ramón y Cajal, Carl Gustav Jung o Lewis Carroll. El autor de Alicia
cuestiona el lenguaje con un mapa dedicado a la tripulación cuyo interior está
vacío: un no-mapa como el no-cumpleaños.
Helena Tatay, comisaria de la exposición, explica que aunque los primeros mapas que se guardan proceden del siglo XVII, el hombre los ha necesitado siempre para moverse frente a lo desconocido, frente al caos de la vida. El mapa sirve para representar el espacio, pero también para hablar de sentimientos, deseos y experiencias vitales.
Consciente de que el género en sí es inabarcable y la selección forzosamente subjetiva, Tatay ha dividido la exposición en siete apartados en los que manda la cronología, aunque no siempre. La primera está dedicada al puro lenguaje cartográfico. En ella se describe como la reducción de la tierra a una imagen gráfica en dos dimensiones se convirtió en una revolución técnica y cultural gracias a la que se transformó la percepción de la realidad. Junto a las primeras representaciones de este nuevo saber científico, se muestra como el lenguaje cartográfico fue utilizado por los surrealistas o por los artistas conceptuales.
Helena Tatay, comisaria de la exposición, explica que aunque los primeros mapas que se guardan proceden del siglo XVII, el hombre los ha necesitado siempre para moverse frente a lo desconocido, frente al caos de la vida. El mapa sirve para representar el espacio, pero también para hablar de sentimientos, deseos y experiencias vitales.
Consciente de que el género en sí es inabarcable y la selección forzosamente subjetiva, Tatay ha dividido la exposición en siete apartados en los que manda la cronología, aunque no siempre. La primera está dedicada al puro lenguaje cartográfico. En ella se describe como la reducción de la tierra a una imagen gráfica en dos dimensiones se convirtió en una revolución técnica y cultural gracias a la que se transformó la percepción de la realidad. Junto a las primeras representaciones de este nuevo saber científico, se muestra como el lenguaje cartográfico fue utilizado por los surrealistas o por los artistas conceptuales.
Viene después el espacio entendido como tiempo. El espacio es una metáfora
representada hasta la saciedad en el ámbito de lo privado y de lo público. De
los espacios mentales situados fuera del tiempo hablan artistas como Giovanni
Anselmo, Robert Smithson o Milan Grygar. Los mapas se despliegan después por la
política, el cuerpo, la experiencia y la vida, lo intangible y lo conceptual. Es
todo un recorrido en el que se replantea el modelo de conocimiento convencional
y se invita al espectador a redibujar el futuro.
Fuente: El País
Fuente: El País
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