Hoy en día es normal oír hablar del llamado Social Graph
y su potencial para mejorar la experiencia de usuario en los procesos de
compra online. Pero, ¿Sabemos realmente qué significa?
Entendemos Social Graph como el mapa de relaciones que se generan entre
usuarios dentro de una red social. De hecho, este concepto trasciende
la esfera digital y no es nada más que el círculo social que se crea alrededor
de cualquier individuo. Sin embargo, las redes sociales han contribuido a
transformar este círculo de relaciones en algo mucho más medible y palpable.
Inicialmente, los grafos sociales se centraban
únicamente en establecer relación entre las personas de su mapa, enlazando a
usuarios entre sí sin tener en cuenta la conexión de los usuarios con otros
elementos o entidades. Algunos, por eso, se dieron cuenta del potencial que
tenía conectar dichos usuarios con sus intereses o gustos, evolucionando el
concepto hacia el llamado Interest Graph. En este caso, tanto los usuarios como los elementos son tratados como
objetos dentro del grafo. Cada objeto posee un identificador único que
posibilita que todos se relacionen entre sí, independientemente de si son
usuarios o elementos.En la actualidad, el grafo social aglutina en su
interior los intereses, gustos y relaciones de los usuarios que lo
conforman. Así, los usuarios dejan de ser números para convertirse en
personas con un perfil único.
Esta información conlleva indudablemente
una gran revolución en el mundo del e-commerce, ya que permite
convertir los puntos de venta online en espacios interactivos y personalizados
en función del grafo social de cada usuario. De este modo, las tiendas online
dejan de ser instancias estáticas para convertirse en aparadores dinámicos
capaces de ajustar su oferta en función de los gustos y preferencias del usuario
visitante.
Asimismo, la integración del grafo social
puede provocar un aumento de la tasa de conversión de los comercios online
propiciado por “la confianza social” que se genera. Es decir, las
personas valoran muy positivamente las opiniones de sus contactos próximos y la
interacción durante el proceso de compra. Saber que un amigo lo ha comprado o
que tu pariente te lo recomienda, puede convertirse en un desencadenante de
compra.
En este sentido, han aparecido soluciones en el
mercado que apuestan por explotar todas las ventajas y oportunidades que
presenta el social graph para generar una experiencia de compra personalizada.
Es el caso de los productos de Social-Buy.com, que aportan inteligencia social a los entornos
de e-commerce, ya sean en Facebook o en las tradicionales tiendas online.
Fuente: the orange market
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