A principios de los años 60, Marshall McLuhan analizó los medios de comunicación partiendo de la idea de que todo medio tecnológico es una prolongación de alguna facultad humana, psíquica o física, para explicar que más que el contenido de sus palabras o de sus imágenes, lo que queda de un medio de comunicación es su efecto, la forma en que moldea a sus usuarios cambiando rutinas o modos de percepción.
Ahora más que nunca, que todos los medios (y semejantes también) andamos pensando que hacer para mejorar nuestro presente, el periódico Heraldo de Aragón, nos sorprende luchando mediante su agencia por un contrato menor. Se trata de una campaña de publicidad de prensa, convocada por el ayuntamiento de La Almunia de Doña Godina, para atraer alumnos a la Escuela Universitaria Politécnica del municipio (EUPLA).
Todo legal, conforme a derecho. Como debe ser. Sin embargo, esta decisión tiene su consecuencia. El medio líder de la prensa aragonesa entra a competir sin disimulo, con las agencias a la que con frecuencia nos pide que lo prescribamos como medio. Curioso.
Por fortuna, sigue habiendo gente que hace cosas diferentes para tener resultados distintos, sin perjudicar al prójimo.
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