miércoles, 13 de marzo de 2013

La fotografía que bajó a la calle

La exposición 'Sospechosos' reúne a los profesionales que ofrecieron una nueva visión de la vida cotidiana del Berlín de entreguerras


El escritor Franz Hessel (1880-1941) teorizó en su libro Paseos por Berlín (1929) sobre el nacimiento de un nuevo tipo de urbanita, el flâneur, ese pequeñoburgués que podía permitirse caminar despreocupado por la ciudad y descubrir, con una nueva mirada, rincones antes inadvertidos. En esa manera distinta de percibir la metrópoli fue clave el papel de la fotografía. La galería madrileña Casa Sin Fin (que lleva poco más de un año en esa cuesta del arte que es la calle del Doctor Fourquet) ha recuperado fotos de aquellos profesionales —que dieron un giro a su oficio en el Berlín de entreguerras— para su exposición Sospechosos. Flâneur en Berlín, título que procede de uno de los capítulos de la obra de Hessel. Al fin y al cabo, un tipo que deambulaba despacio por la ciudad mientras todos a su alrededor caminaban deprisa era sospechoso a ojos de sus paisanos.

En la muestra de Casa Sin Fin hay instantáneas de fotógrafos como Friedrich Seidenstücker, con sus tomas cenitales de berlineses en los cafés de la capital y de momentos cotidianos sin importancia; las de la pareja Sasha y Cami Stone; las fotos de industrias que realizó Paul Wolff o el fotolibro Berlín, del refinado Mario Bucovich. "Para estos profesionales, la ciudad era un organismo vivo", dice Julián Rodríguez, comisario de la exposición junto a Irene Antón. "Ellos contaron cómo se estaba transformando una sociedad que parecía vivir la belle époque de París diez años después".

El trabajo de estos reporteros quedó reflejado en un libro célebre, Menschen auf der Strasse (Gente en la calle, 1931) de J. Engelhorns Nachf, en el que expresaban la máxima de Hessel: "Conceded a la ciudad un poco de vuestro amor por el paisaje", como escribió el padre del recientemente fallecido Stéphane Hessel.




Fuente: El País


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